Cuando piensas en una taza de café, probablemente piensas en despertarte por la mañana, encender la cafetera y preparar una buena taza de café para comenzar el día. Pero el café no es tan unidimensional; Existen muchas formas diferentes de beberlo en todo el mundo, dándole a esta bebida todo tipo de sabores y propósitos. Por ejemplo, es mejor disfrutar de un café cubano después del almuerzo o la cena, en lugar de por la mañana.
Un café cubano, a menudo llamado café cubano o cafécito en su forma más simple, es mucho más dulce que el café tradicional, lo que lo convierte en la manera perfecta de terminar una comida. No es tan fácil de encontrar en Estados Unidos (aunque los miamenses lo saben bien), pero si cenas en un restaurante cubano, es una delicia posprandial que no debes perderte.
Hay algunos elementos que diferencian a este tipo de café del resto; Por ejemplo, se elabora con espresso, pero durante la preparación también se enriquece con una buena cantidad de azúcar. El dulce se procesa de una manera especial, dándole a la bebida la suavidad del café dalgona, pero caliente y con un sabor a café mucho más intenso.
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La industria cafetalera de Cuba y el Cafécito

Un café cubano tiene sólo dos ingredientes: espresso y azúcar. Se bate una pequeña cantidad del espresso preparado con el azúcar y luego se agrega a la preparación terminada; A veces se necesitan unos minutos para obtener la consistencia adecuada, pero el resultado es una bebida dulce, fuerte y perfectamente espumosa. La notable presencia del azúcar hace que este café cubano sea más un postre que una bebida matutina, pero no hay nada de malo en disfrutarlo en cualquier momento del día.
El café tiene una larga historia, y Cuba lo probó por primera vez a mediados del siglo XVIII, después de que se trajeran las primeras plantas de café a la isla. Unos cincuenta años después, la industria experimentó un auge y, a mediados del siglo XX, Cuba era uno de los mayores exportadores de café del mundo. Sin embargo, las cosas empeoraron rápidamente a principios de la década de 1960, cuando la economía del país resultó gravemente dañada tras la Revolución Cubana y las sanciones estadounidenses. Sin embargo, Cuba alberga el primer sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO dedicado a este cultivo, y se han hecho esfuerzos para revivir la industria a través de la producción orgánica. Aunque los cafés cubanos actuales que se consumen en los EE. UU. no se elaboran normalmente con frijoles cubanos, todavía se elaboran de la misma manera.
El Café Cubano apuesta por la tecnología

No se puede simplemente echar un poco de azúcar al espresso y esperar lo mejor. Además de los sabores del café cubano, también es importante la apariencia de la bebida. Aquí no es necesario utilizar una máquina de café expreso; Los café cubanos se elaboran tradicionalmente en cafeteras moka, o más bien en una máquina de café expreso en la estufa. Cuando comienza la preparación, el truco consiste en verter solo una pequeña cantidad de café en un bol o taza con el azúcar y batirlo con el espresso a mano (o con una cuchara), tomándose todo el tiempo necesario para ponerlo. la infusión hasta que esté espumosa. Esa cobertura espumosa y lujosa, conocida como espuma o espumita, es una parte integral de la elaboración de la bebida.
Entonces, en su forma más simple, un café cubano es solo un trago de espresso con espuma azucarada. Pero es la técnica de usar la moka y crear la cobertura espumosa a mano lo que hace que este estilo de café sea tan único y es esencial para crear la versión más tradicional de la bebida.
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